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Initium Sapientiae Timor Domini (El principio de la sabiduria es el temor del señor)

19 de Marzo de 2020

La expulsión de la Casa Real del rey emérito o asesinato al padre por parte de su hijo Felipe mediante un comunicado público emitido antes de ayer, desposeyéndole de su asignación económica como miembro de la misma, y tratando de renunciar, aunque no se puede antes de su muerte, a su envenenada y corrupta herencia, constituye la confirmación sin duda alguna de la vida de depravación y envilecimiento que durante el ejercicio de su mandato como Jefe del Estado ha tenido el rey Juan Carlos I, presentado a veces como un gran Rey, mientras los llamados partidos políticos del régimen del 78 (PP, Cs, PSOE), como aturdidos por el aquelarre de la inviolabilidad, siguen sin admitir que durante cerca de 40 años, los que median entre la muerte de Franco y su abdicación en 2014, este señor ha sido cualquier cosa menos un órgano constitucional modélico, y que el encubrimiento de sus tropelías solo puede constituir un delito y crimen constitucional que traerá la desafección y animosidad de grandes sectores de la población hacia la Monarquía borbónica más temprano que tarde, y que tratan de obviar mediante el silencio y la omisión.

El debate que ha de producirse sobre este trascendente asunto político, que no privado y familiar como se pretende, ha de hacerse en el Congreso de los Diputados, como sede de la soberanía popular, en Comisión o en Pleno, y ha de consistir en si la Corona como órgano constitucional del Estado español que se transmite de manera hereditaria en los sucesores de S.M. Juan Carlos I de Borbón, dispone en el ejercicio de sus funciones de la capacidad de arbitrariedad e iniquidad que este personaje ha tenido; pues acongoja que un Jefe del Estado de un país supuestamente democrático, haya convivido con los sátrapas y déspotas más deleznables del mundo arábigo, que haya recibido de ellos dádivas millonarias; que haya obsequiado con parte de las mismas a su manceba, mientras presumía de un matrimonio modélico; apesadumbra que mientras su pueblo padecía los efectos más crueles de la crisis económica iniciada en 2008, se fuera a cazar elefantes a África, y que cuando su pueblo sufre la mayor crisis sanitaria de su historia, tenga que soportar que la llamada familia real resuelve de este modo los asuntos, evitando que el pueblo sepa la catadura moral y ética del personaje, porqué ese es su gran pánico.

Estremece que cuando el pueblo español en su conjunto, pasamos la dura prueba de la pandemia del coronavirus, tengamos que despacharnos día sí y día también, con las andanzas de este dignatario, y que su conducta impresentable pueda ser presentada como un asunto de familia, y no como lo que es, un verdadero problema político y constitucional en un Estado fallido definido como monarquía parlamentaria constitucional por el pacto impuesto por los adeptos de la dictadura cruel, pues la Corona es un órgano constitucional del Estado, y que aquellos que podrían sacarnos o ayudarnos a salir de ese sueño loco de la corrupción particular de este tipo, siga empeñados en tapar y abrigar sus andanzas, en lo que no puede sino considerarse algo surrealista, que el pueblo español, como siempre, tendrá que repudiar ¡Viva la República!

Carlos Canelo, Secretario Regional del PCE en Extremadura.
Marzo 2020

Categorías: Secretaría General

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