El Partido Comunista de España en Extremadura muestra su más absoluto rechazo a la última resolución del caso Valdecañas, en donde se determina que no se van a cumplir las sentencias que declaran ilegal el proyecto Marina Isla Valdecañas y que por lo tanto se tenía que derruir para devolver el espacio a su estado natural. Dicha resolución es una vergüenza que pone de manifiesto una vez más que la justicia no es igual para todos y todas.
Lo ocurrido con el complejo de lujo Marina Isla de Valdecañas es un caso de corrupción a lo grande, en donde han pasado 9 años desde la primera sentencia que declaraba ilegal ese engendro y ordenaba “la reposición de los terrenos a la situación anterior a la aprobación”, hasta esta última resolución en donde los promotores se salen con la suya a costa del medio ambiente y la dignidad del pueblo extremeño.
La isla de los millonarios, la Marina de agua dulce, la Marbella extremeña. 180 villas de lujo –el coste de cada una, como media, 550.000 euros-, una playa privada, un hotel de cuatro estrellas, un campo de golf de 18 hoyos y un club náutico. Una urbanización VIP construida en un espacio protegido por la Red Natura 2000, un ejemplo de urbanismo segregacionista en donde ha invertido lo más granado de la burguesía a sabiendas de que lo hacían en un sitio ilegal.
Los nombres de los implicados en el escándalo, y por lo tanto beneficiarios de esta resolución, no dejan de ser llamativos: José María Aznar Botella, familiarmente hijo de quienes fueran presidente del gobierno y alcaldesa de Madrid, y profesionalmente hombre fuerte de Cerberus, uno de los grandes fondos-buitre estadounidenses, que entró en el mercado inmobiliario español para hacerse con miles de viviendas que los bancos habían arrebatado a las familias desahuciadas. Y junto a él, decenas de figuras vinculadas a la nobleza, a la banca o al mundo del espectáculo y del deporte. Apellidos como Milans del Bosch o Vega-Penichet, cantantes como Carlos Baute, los nietos del Marqués de Mondéjar (exjefe de la Casa Real) o directivos de grandes empresas como el Banco Santander, Rotschild, Telefónica, Julius Baer, Bank of America, Pitctet, Credit Suisse, UBS, PwC, CBRE o Johns Lang Lasalle son algunos de sus moradores. A sólo 164 kilómetros de Madrid, en las cercanías de la Sierra de Gredos y en un espacio natural protegido se ha alzado durante los últimos años uno de los paraísos vip de la especulación inmobiliaria y financiera.
Desde el PCE mostramos nuestro apoyo a las asociaciones ADENEX y Ecologistas en Acción que han llevado dignamente esta batalla y llamamos al pueblo extremeño a mostrar su rechazo a la posibilidad de que una vez más, los de arriba se puedan saltar todas las leyes.
